lunes, enero 22, 2007

Flotarium, o volver al útero materno.

Escuchando mentalmente: May it be de Enya

El sábado por la tarde, dentro del fin de semana de culto al cuerpo (viernes masajito con Maribel y sábado noche cenita en el Gades), probamos una cosa que teníamos ganas de hacer desde hace tiempo. Se trata del Flotarium. Es un centro donde hay una especie de huevos gigantes llenos de agua con muchas sales minerales (no estoy castigado!!!). Parece la descripción de un huevo pasado por agua. Aquí podéis ver el cacharro en cuestión:

Al principio, cuando te metes dentro y cierras la puerta (que parece una cápsula espacial), la tensión del cuello hace que no te relajes del todo. Pero poco a poco, te vas quitando toda la tensión, y a los 10 minutos ya parece que estés flotando en gravedad 0. No notas ni el agua, y en la total oscuridad y silencio en pocos minutos te quedas dormido y super-relajado.
La verdad es que es una pasada, te olvidas de todo y entras en un estado total de relajación y anti-estrés.
Lo recomiendo a todos los que no lo hayáis provado nunca.
El precio no es muy elevado (35€ por una sesión de una hora), y si te pillas bonos de 12, 24 o 48 sesiones, te sale mucho más barato.


En fin, es una buena experiencia, que si las cosas ecónomicas estuvieran mejor seguro que me acostumbraba a saborear.

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